Espejo de Cronos
Roberto Matta
Óleo sobre tela
Palacio de La Moneda, Salón Azul de de Audiencias,
gabinete de la Presidencia de la República, Santiago, Chile.
Colección BancoEstado.
Termina el milenio
Salud
El siglo ha muerto
Viva el siglo
La función sin embargo podría continuar
El hombre de noticiario irrumpe sin aviso
cuenta las gracias de un telescopio espacial
que fotografió más de 1500 galaxias
-gran decepción gran-
No éramos los únicos
Ni los privilegiados
No estábamos solos
No podía ser tanta la maravilla.
La mujer que acompaña
al hombre del noticiario lee
En ninguna galaxia
más soledad
que en esta Tierra
Por lo que pudiera suceder
me gustaría enviar mensajes al futuro
memorandos y circulares
con copia fotocopia scaneos diskette
a esas nuevas mil quinientas galaxias
descubiertas por el ojo del telescopio gigante
el ojo trinitario del espacio
Mandaría en mi cápsula del tiempo pequeñas cosas
los poemas de Catulo,
un ejemplar ilustrado del Quijote
y otros pequeños tesoros
la Biblia
una coca-cola desechable y su composición
de químicos secretos
mi cera depilatoria
el perfume flor de manzano
la Canción Despesperada
es la hora de partir. ¡Oh abandonado!
la Isla de los Bienaventurados
poemas de mi pariente cercano
con todas sus claves
Un compac de los Beatles
y otro de Silvio
la contraseña que teníamos los disidentes
Universidad Católica-segunda mitad de los 70
una fotografía de Auschwitz y Treblinka
el diario de Ana Frank
la receta de la torta de ciruelas con que mi madre
me endulzó los cumpleaños
hasta que atendió a mi súplica
stop-please-por piedad-no más años
Los mensajes de amor de Jesucristo
y el milagro de Tarantino
con sus Tiempos Violentos
( banda sonora aparte)
Girl, you'll be a woman soon
La encantadora de Serpientes del Aduanero
y si es posible algún león de su paisaje
La primera mirada de mi hijo
a la fuente de gracia de donde procedía
reconociéndome
en los atisbos
de una precaria complicidad.
Mandaría solo cosas importantes:
mis medias transparentes
y los zapatos con tacos
que me regalaron a los 12
¡Ah, qué de trampas
le hace el tiempo a la memoria!
Eran celestes
los objetos perdidos
mis pequeñas muertes cotidianas.
El discurso final de Salvador Allende
al interior de la Moneda en llamas.
Mi cápsula del tiempo debería llevar
una radiografía en tercera dimensión
con resonancia nuclear
del hombre que salvé mi vida.
La fotografía del Che Guevara y la de Rimbaud
cada cual con su utopía camino del infierno.
Cerraría mi cápsula del tiempo
con la idea de Cervantes
el epitafio para nuestra civilización
Que cada uno es como Dios le hizo
y aún peor muchas veces.
Termina el milenio
Salud
El siglo ha muerto
Viva el siglo
La función debería continuar
porque parece que hasta aquí
no ha pasado nada
Desventurados los títeres con cabeza
los que asistimos
al final de estos tiempos
porque nuestro será
el Reino de la Irresponsabilidad.
Termina el milenio
Salud
El siglo ha muerto
Viva el Siglo
La función debe continuar.
Teresa Calderón (Chile, 1955)
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