Martin Creed (Reino Unido, 1968)
No tengo nada.
Ahora ya no tengo nada ni nadie.
Tengo
una pelota grande
de
papel
que sabe rebotar de la pared.
No me entristece
tener sólo una gran pelota,
sólo que las calles son demasiado frías.
Sé que no tengo nada
y que en verdad no tengo a nadie,
que mi pelota flota en el agua,
pero no busco milagros,
no pido absolutamente nada,
no pido que el niño de la pelota nazca.
Mi pelota sabe que no tengo nada,
que
nuestra amistad vive de la vergüenza,
me
da pena la pelota que flota en el agua,
me
da pena la pelota -
continuaré sola.
Mila Pavićević (Croacia, 1988).
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