Madre e hija (detalle de Las tres edades de una mujer, 1905)
Gustav Klimt (Austria, 1862 - 1918)
Óleo sobre tela
Museo Nacional de Arte Moderno, Roma, Italia.
Tu infancia es un regalo
que descubro cada día renovado.
Con pequeñas cintas de colores
envuelves diferente mi temida rutina:
obligado es ser feliz
cuando nada se parece a ayer
cuando tu intocado mundo
deleita los pocos momentos que tengo para contemplarte.
Con pequeñas cintas de colores
envuelves diferente mi temida rutina:
obligado es ser feliz
cuando nada se parece a ayer
cuando tu intocado mundo
deleita los pocos momentos que tengo para contemplarte.
Haces hermosa la palabra inevitable,
pues inevitablemente me sorprendes con la aurora.
Corazón,
pequeña rodeada de brazos,
despliego esas alas que tengo partidas,
y protejo tu hogar y tu lecho,
mientras garabateas tus vivencias,
en mi álbum del alma.
pues inevitablemente me sorprendes con la aurora.
Corazón,
pequeña rodeada de brazos,
despliego esas alas que tengo partidas,
y protejo tu hogar y tu lecho,
mientras garabateas tus vivencias,
en mi álbum del alma.
Pero te alejarás con pasos de hada,
sin ruido te adentrarás en el lejos,
antes de que despierte de mi sueño
y no me necesites en tu abrazo.
sin ruido te adentrarás en el lejos,
antes de que despierte de mi sueño
y no me necesites en tu abrazo.
Marta Alberca (España, 1967).
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