El piano
Ander Ortiz de Murua
Óleo sovre lienzo
España
Estaba triste el piano
en el concierto,
olvidado en su frac sepulturero,
y luego abrió la boca,
su boca de ballena:
entró el pianista al piano
volando como un cuervo,
algo pasó como si cayera
una piedra de plata
o una mano
a un estanque
escondido:
resbaló la dulzura
como la luvia
sobre una campana,
cayo la luz al fondo
de una casa cerrada,
una esmeralda recorrió el abismo
y sonó el mar,
la noche,
las praderas,
la gota del rocío,
el altísimo trueno,
cantó la arquitectura de la rosa,
rodó el silencio al leche de la aurora.
Así nació la música
del piano que moría
subió la vestidura
de la náyade
del catafalco
y de su dentadura
hasta que en el olvido
cayó el piano, el pianista
y el concierto,
y todo fue sonido,
torrencial elemento,
sistema puro, claro campanario.
Entonces volvió el hombre
del árbol de la música.
Bajó volando como
cuervo perdido
o caballero loco:
cerró su boca de ballena el piano
y él anduvo hacia atrás,
hacia el silencio.
Pablo Neruda (Chile, 1904 – 1973)
Gracias gina,soy ander ortiz de murua, el creador de la pintura. Me ha encantado el poema
ResponderEliminarMuchas gracias, Ander. Me alegra que te haya gustado este poema de un gran poeta de mi tierra. ¡Tu pintura me parece también buenísima!
ResponderEliminarLa belleza de la creación humana es fascinante y poder compartirla, un privilegio.
Un abrazo desde Chile.