Patio Cordobés 2
Jesús Fernández Romero
Óleo sobre lienzo
Sevilla, España.
Antes de
abrir de nuevo la ventana,
quiero tocar
despacio las arrugas, los surcos
que la noche abandonó
en la fragilidad de tus pupilas.
La sencillez
fue alzando entre tus ojos
paredes de piedad. En la penumbra
de los pasillos,
toco el resplandor
de tu mirada de agua. No te has ido.
Nunca te retiraste.
Me habitabas,
como aún me habitas hoy. Siempre decías,
cuando te visitaba:
“Acércate,
quiero tenerte al lado”. ¿Lo recuerdas?
Los días del invierno se llevaron
tus lágrimas de arcilla, tus silencios.
Mas déjame que ahora, en este instante,
cuando mis dedos abran la ventana
pueda tocar tu voz
para dejarla
como una flor de música en las piedras,
en esas piedras blancas del corral,
donde aún respiras
limpio,
como entonces. Debo decírtelo:
a veces, llego al patio
y creo observar palabras de aquel tiempo
flotando en el granado,
porque estás -aún suenan tus pisadas
entre los lirios-,
y, ahora, de nuevo,
cuando florece el aire y en el corral vibran las golondrinas,
te siento aquí, a mi lado:
en el murmullo
de las abejas vuelvo a estar contigo.
Alejandro López Andrada (España, 1957).
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