El vestido de noche
René Magritte
Óleo sobre lienzo
Colección privada
Cómo puede esta piedra azul del cielo
Ser a la vez la ardiente estepa
Donde pace sin peso y trashumante
El ingenuo rebaño de las nubes
Casi duele el tirón que nos arranca
Hacia ese gran silencio terco
Sin flecos sin matiz sin consecuencias
También yo mientras marcho
Bajo el hechizo infiel de su dureza
Hago un silencio en mí y hablamos
Estoy con su verdad altiva sí
hablamos allá arriba donde el habla
Aún no tiene corrupto un solo poro
Pero es claro que estamos cada vez más solos
Solos y ausentes bello cielo intacto
Y en mi tumulto
Y aunque siempre al acecho
De alguna brusca exultación posible
Cómo podría nunca reprocharte
Tu taciturnidad.
Tomás Segovia (México, 1927 – 2011)
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