El
recién nacido
Johann
Georg Meyer von Bremen
(Alemania, 1813 – 1886)
¿Y quién es este niño con su camisita?
Pero
¡si es Adolfito, el hijo de los Hitler!
¿Tal
vez llegue a ser un doctor en leyes?
¿O
quizá tenor en la ópera de Viena?
¿De
quién es esta manita, de quién la orejita, el ojito, la naricita?
¿De
quién la barriguita llena de leche? ¿No se sabe todavía?
¿De
un impresor, de un médico, de un comerciante, de un cura?
¿A
dónde irán estos graciosos piecitos, a dónde?
¿A
la huerta, a la escuela, a la oficina, a la boda
tal
vez con la hija del alcalde?
Cielito,
angelito, corazoncito, amorcito,
cuando
hace un año vino al mundo,
no
faltaron señales en cielo y en la tierra:
un
sol de primavera, geranios en las ventanas,
música
de organillo en el patio,
u
presagio favorable envuelto en un fino papel de color rosa.
Antes
del parto, su madre tuvo un sueño profético:
ver
una paloma en sueños, será una buena noticia;
capturarla,
llegará un visitante largamente esperado.
Toc,
toc, quién es, así late el corazón de Adolfito.
Chupete,
pañal , babero, sonaja,
el
niño, gracias a Dios, está sano, toquemos madera,
se
parece a los padres, al gatito en el cesto,
a
los niños de todos los demás álbumes de familia.
Ah,
no nos pondremos a llorar ahora, ¿verdad?,
mira,
mira, el pajarito, ahora mismo lo suelta el fotógrafo.
Atelier
Klinger, Grabenstrasse, Braunen,
y
Braunen no es una muy grande, pero es una digna ciudad,
sólidas
empresas, amistosos vecinos,
olor
a pastel de levadura y a jabón de lavar.
No
se oye el aullido de los perros, ni los pasos del destino.
El
maestro de la historia se afloja el cuello
y
bosteza encima de los cuadernos.
Traducción: Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia.
Wislawa Szymborska (Polonia, 1923 -
2012).
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