Pintura y poesía

Pintura y poesía

jueves, 19 de mayo de 2016

Teófilo Cid. El bar de los pobres.

La sopa de los pobres (1884)
Reynaldo Giudici (Italia/Uruguay/Argentina,1853 - 1921)
Óleo sobre lienzo
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina.

Hoy he ido a comer donde comen los pobres,  
Donde el pútrido hastío los umbrales inunda 
Y en los muros dibuja caracteres etruscos, 
Pues nada une tanto como el frío, 
Ni la palabra amor, surgida de los ojos, 
Como la flor del eco en la cópula perfecta. 

Los pobres se aproximan en silencio. 
Monedas son sus sueños 
Hasta que el propio sol airado los dispersa 
Para sembrarlos sobre el hondo pavimento. 
En tanto, cada uno es para el otro 
Claro indicio, fervor de siembra constelada. 

Y en la pesada niebla de los hábitos 
que en ráfagas a veces se convierten 
De una muda erupción 
De alcohólica armonía, 
yo siento que el destino nos aplasta, 
Como contra una piedra prehistórica. 

Pues somos los que pasan 
Cuando los más abren los ojos claros 
Al amplio firmamento 
Que adunan los crepúsculos antiguos. 
El mundo es sólo el sol para nosotros, 
Un sol que ha comenzado por besar las terrazas 
De los barrios abstractos. 

Masticamos sus migajas, 
Sintiendo que un espasmo egoísta nos mantiene, 
Pues somos individuos, por más que a ciencia cierta 
El nombre individual es sólo un signo etrusco. 

En los que aquí mastican su pan de desventura 
Un viejo gladiador vencido existe 
Que puede aún llorar la lejanía, 
Los menús elegir de la tristeza 
Y darse a la ilusión de que, con todo, 
Es un sobreviviente de la locura atómica. 

Sentados en podridos taburetes 
Ellos gastan los últimos billetes 
Vertidos por la Casa de Moneda. 

Los billetes son diáfanos, decimos, 
Carne de nuestra carne, 
Espuma de la sangre. 

Con billetes el mundo 
Congrega sus rincones 
Y parece mostrar una estrella accesible 
Sin ellos, el paisaje es sólo el sol 
Y cada cual resbala sobre su propia sombra. 

Pero la Casa de Moneda piensa por todos 
Y los billetes, ¡Oh encanto del bar miserable! 
Nos suministra sueños congelados, 
Menús soñados el día desnudo de fama 
Al levantar los vasos se produce el granito 
Del brindis que nos une en un pozo invisible. 

Alguien nos dice que el sol ha salido 
Y que en el barrio alto 
La luz es servidora de los ricos 
¡La misma luz que fue manantial de semejanza! 

Hoy he ido a comer donde comen los pobres 
Y he sentido que la sombra es común 
Que el dolor semejante es un lenguaje 
Por encima del sol y de las Madres.



Teófilo Cid (Chile, 1914-1964). 

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