Pintura y poesía

Pintura y poesía

sábado, 2 de mayo de 2015

Anónimo. Antigua poesía budista. La serpiente (del Sutta Nipata, traducido del pali por Fernando Tola y Carmen Dragonetti). Sutta I: La serpiente.

Monjes budistas
Yokoyama Taikan (Sakai Hidemaro)
Estilo Nihonga
Japón

Sutta I: La serpiente

El ideal del monje budista. Cualidades que deben adornarlo. Defectos que debe erradicar de sí. La meta a la que puede llegar: el fin de las reencarnaciones.

Aquel bhikku
que expulsa de sí la cólera en él surgida,
como se expulsa con hierbas
el veneno de la víbora en el cuerpo difundido,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que arrancó de sí por completo la pasión,
como se arranca, sumergiéndose en el estanque,
el loto, raíz y flor,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que arrancó de sí por completo el deseo,
haciendo que se seque el torrente de rápida corriente,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que destruyó en sí por completo el orgullo,
como la gran correntada destruye
el muy frágil puente del bambú,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no encontró nada sustancial en la existencia,
como no se encuentra una flor
buscándola en la higuera,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no tiene odios en su mente,
y que ha superado toda forma de existencia,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
cuyos pensamientos han sido sometidos,
han sido disciplinadamente ordenados,
todos en su interior,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
y sobrepasó todos esos obstáculos,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
sabiendo que en este mundo todo es irreal,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
liberado del deseo porque sabe que todo es irreal,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
liberado de la pasión porque sabe que todo es irreal,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
liberado del odio porque sabe que todo es irreal,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no fue demasiado lejos ni se quedó atrás,
liberado del error porque sabe que todo es irreal,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que no tiene ninguna proclividad,
cuyas raíces malas han sido arrancadas,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
para quien no existe ninguna causa,
nacida de la ansiedad,
para retornar a esta orilla,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
para quien no existe ninguna causa,
nacida del deseo,
para encadenarse a la existencia,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

Aquel bhikku
que abandonando los cinco obstáculos,
está libre de rencores,
ha ido más allá de las dudas,
y carece de penas,
aquel bhikku abandona ésta y la otra orilla
como la serpiente su piel gastada y vieja.

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