A 57 años de la muerte de Javier Heraud.
Hagámosnos la guerrilla interior para parir un hombre nuevo
Roberto Matta (1970).
Óleo sobre lienzo.
Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Santiago, Chile.
Una
tarde díjole a su amada
"Me
voy, ya es tiempo de lluvias.
todo
está anegado
la
vida se me envuelve en la garganta
no
puedo resistir mas opresión.
Mientras
mis hermanos
mueren
en las sierras por balas
asesinas,
yo
no debo quedar pensativo,
indiferente,
Adiós
me voy a los montes
con
los guerrilleros"
Se
despidió y partió
Y
un día ya estaba
arriba,
de brazo con los guerrilleros.
Fue
su mano espada de plata fina,
aró,
sembró, cosechó
la
tierra,
disparó
con su fusil rayos
de
esperanza.
y
otro día ya estaba muerto,
sobre
el hombro.
Pensativo
y triste
aún
recuerda a su amada
inmemorial
por largo tiempo.
Y
ella lo espera junto al río,
en
el puente en donde lo vio partir.
Y
acaricia su vientre con tristeza,
pensando
en él, en todos,
con
su ojos hermosos
y
radiantes
mira
haca el puente, al río,
a
la vida.
Y
siente en su corazón
la
esperanza, la nueva
alegría
que su amado juntó
en
la tierra.
Firmado
con su seudónimo Rodrigo Machado
Sucedió en el Perú: Javier Heraud
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