Camino a Mamuil Malal, IX Región (2013).
Óleo sobre tela
Anochece. Una mano dibuja en los vidrios
el rostro de una helada, cuyo nombre ha olvidado.
Los manzanos sueñan la felicidad
de compartir el mundo con los pájaros.
La Nueva Salida del Sol ilumina
el camino de los perdidos.
El invierno hunde sus pies
dejando una huella sin forma.
La estación de las lluvias es nuestro único consuelo.
Noche de Wetripantu. Un nuevo orden perdura en las
cosas.
La memoria recupera el silencio anterior a la palabra.
Bernardo Colipán Filgueira (Chile,
1967).
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