Pintura y poesía

Pintura y poesía

lunes, 19 de enero de 2015

Pitágoras de Samos. Versos de oro.


La escuela de Atenas
Rafael Sanzio
Pintura al fresco
Museos Vaticanos, Ciudad del Vaticano.

Preparación


Rinde a los dioses inmortales el culto consagrado

y guarda tu fe. Reverencia la memoria

de los héroes bienhechores, de los espíritus semidioses


Purificación


Sé buen hijo, hermano justiciero, esposo tierno y buen padre

Escoge por amigo al amigo de la virtud

Cede a sus buenos consejos, que su vida te instruya,

y por un pequeño agravio no lo abandones jamás .

Si tú lo puedes a lo menos, pues una ley severa

junta el Poder con la Necesidad

te es dado empero combatir y vencer

tus locas pasiones; aprende a domarlas

Sé sobrio, activo y casto; evita la cólera.

En público, en privado, no te permitas jamás

algo malo, y sobre todo respétate a ti mismo.

No hables y no obres sin haber reflexionado.

Sé justo.

Recuerda que un poder invencible

ordena morir; que los bienes, los honores

fácilmente adquiridos se pierden fácilmente.

En cuanto a los males que consigo lleva el destino

tómalos por lo que son: sopórtales y trata

en cuanto puedas de suavizar sus golpes

Los dioses no han entregado los sabios a los más crueles

Tanto como la verdad, el error tiene sus amantes.

El filósofo aprueba o censura con prudencia

y si el error triunfa, se aleja, espera

Escucha y graba bien en tu corazón mis palabras

Cierra el ojo y la oreja a la prevención.

Teme el ejemplo ajeno, piensa después por ti mismo

Consulta, delibera y escoge libremente

Deja los locos obrar sin finalidad y sin causa

Debes en el presente contemplar el porvenir.

Lo que tú no sabes no pretendas hacerlo

Estudia: todo lo consigue la constancia y el tiempo

Cuida tu salud: otorga con medida

los alimentos al cuerpo, el descanso al espíritu.

Muchos cuidados o demasiado pocos debe evitarse, pues la envidia

se une igualmente a uno y otro extremo.

El lujo y la avaricia tienen parecidas consecuencias

Se debe elegir en todo un medio justo y bueno


Perfección 


Que jamás el sueño cierre tus párpados

sin que te hayas preguntado: ¿qué cosa he omitido? ¿qué hice yo?

Si es malo, déjalo. Si es bueno, persevera.

Medita mis consejos; ámalos, síguelos todos.

A las divinas virtudes te podrán conducir

Lo juro por aquel que grabó en nuestros corazones

la Tétrada Sagrada, inmenso y puro símbolo

fuente de la naturaleza y modelo de los dioses

Pero ante todo, que tu alma, fiel a su deber

invoque con fervor estos dioses, cuya ayuda

sólo puede concluir las obras que comenzaste

Instruido por ellos, nada entonces te engañará.

De los diferentes seres escrutarás la esencia.

De todo conocerás en principio y el fin.

Si el cielo lo quiere sabrás que la naturaleza,

semejante en todas las cosas, es la misma en todo lugar

de suerte que, ilustrado sobre tus verdaderos derechos

tu corazón ya no se saciará con vanos deseos.

Tú verás que los males que agobian a los hombres

son el fruto de su elección, y que estos desdichados

buscan lejos de ellos los bienes cuyas fuentes llevan.

Pocos saben ser felices: juguetes de las pasiones,

alternativamente sacudidos por olas contrarias,

sobre un mar sin orillas, ruedan, cegados,

sin poder resistir ni ceder al huracán.

¡Dios! Los salvaríais quitándoles sus ilusiones...

mas no; es de los humanos cuya razón es divina

discernir el error, de ver la verdad

La naturaleza les sirve. Tú que la comprendiste

hombre sabio, hombre feliz, respira en el puerto.

Pero observa mis leyes, absteniéndote de las cosas

que tu alma debe temer, distinguiéndolas bien.

Dejando la inteligencia reinar sobre el cuerpo

a fin de que, elevándote en el radiante Éter

en el seno de los inmortales, tú mismo seas un Dios.


Pitágoras (Isla de Samos, Grecia, h 572 a.c. - h 497 a.c.)

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